7. Identifica cuál es el tiempo externo, el tiempo de elocución y el tiempo interno. Muestra evidencias.
“Interior L”:
Tiempo externo: Época de los 50 por la información del contexto de producción.
Tiempo de elocución: No está especificado porque el narrador es heterodiegético, ósea narra en tercera persona sin interrumpir en los hechos.
Tiempo interno: Aproximadamente es un día o menos, ya que la historia se empieza a contar desde que el colchonero regresa a su casa después de haber trabajado toda la mañana (Ribeyro, 2020, p. 1). Cabe recalcar que en el transcurso de ese día el colchonero tuvo varios recuerdos de hace más o menos un año.
8. Identifica la organización temporal. Explica en qué te basas.
“Interior L”:
En el cuento se puede evidenciar la analepsis ya que constantemente se dan saltos temporales hacia el pasado, tal como se evidencia en esta parte: “Su mirada fue deslizándose por el techo de madera hasta descubrir un tragaluz donde faltaba un vidrio. «Sería necesario comprar uno», pensó y súbitamente se acordó de Domingo. Se extrañó que este recuerdo no le produjera tanta indignación” (Ribeyro, 2020, p, 7)
9. ¿Qué efectos te ha producido el uso de las analepsis en el cuento “Interior L”? ¿Crees que la organización temporal juega un rol importante para producir esos efectos?
Me ha causado una sensación de curiosidad e intriga por saber qué pasó con ambos protagonistas al leer los recuerdos que se daban y también porque de un momento a otro se pasaba de la realidad al recuerdo.
Creo que la organización temporal si es importante puesto que depende de cómo se haya contado la historia y el tiempo que se haya utilizado para causar el efecto deseado.
10. ¿Cuál es el tema del cuento “Interior L” y en qué evidencias formales te basas para proponer ese tema?
El tema es el machismo, injusticia y corrupción, puesto que es evidente que a Paulina no le dan oportunidad de ser creída y escuchada. Asimismo, luego de la violación de Paulina, el asunto se queda entre montos de dinero y su padre se aprovecha de la situación sin pensar en su hija:
“—Ya sabe usted —advirtió el ingeniero antes de retirarse—. Aquí queda el dinero, pero no meta al juez en el asunto. Paulina entró con la cerveza.
—Destápala —ordenó él.
Aquella vez Paulina también llegó con la cerveza pero, cosa extraña, hubo de servirles al ingeniero y a su violador. Ella también bebió un dedito y los cuatro brindaron por «el acuerdo»” (Ribeyro, 2020, p. 10)
“—Paulina, estoy cansado, estoy muy cansado… necesito reposar… ¿por qué no buscas otra vez a Domingo? Mañana no estaré por la tarde” (Ribeyro, 2020, p. 12)
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